MAPAMUNDI, MODERNIDAD, GEOGRAFÍAS EN PUGNA

Claudia Scheihing ¹ y Ricardo Goñi ²

Resumen

Sobre la base de un análisis del mapamundi de Mercator y el de su “rectificación”, el mapamundi de Arno Peters, se reflexiona en torno a las relaciones de poder y las ideologías que la cartografía revela como abstracción de la realidad territorial, social, política y cultural. El primero constituye la representación
simbólica por excelencia del planeta Tierra desde la perspectiva de la modernidad eurocéntrica colonialista; el segundo, elaborado desde una matriz
ideológica opuesta a la de Mercator, si bien corrige las distorsiones de éste en cuanto al tamaño de los continentes, tampoco escapa a la racionalidad
eurocéntrica del espacio “único”, “impersonal” y “objetivo”. Ambos remiten a la lógica cartográfica impuesta por la civilización moderna, la del espacio unificado, que separa el punto étnico del punto geométrico, negando así las singularidades del territorio. Como contraste a esa mirada “científica” y “neutral” del espacio, se presenta un recorte de los “giros” en la geografía humana de finales de siglo XX, aún en curso, en torno a la reivindicación del territorio regional-local y a la deconstrucción de la cartografía científica. Curiosamente, mientras esta nueva geografía debate la territorialidad y sus  representaciones cartográficas, algo de eso ya estaba implícito en la cultura americana ancestral, tal como lo revela el “Mapa Mundi de las Indias del Perú” de Guaman Poma, un mapa que -desde la perspectiva de las Epistemologías del Sur (la otra Modernidad)- refleja un encuentro entre lo geográfico y lo cultural.